Como el fuego

Título: Como el fuego

Título original: Scorched

Saga a la que pertenece: Hielo 2

Autora: Jennifer L. Armentrout

Editorial: Titania

Nº de páginas: 256 págs.

ISBN: 9788416327607

En ocasiones, la vida te quema en las manos… 

Andrea nunca sabe qué le apetece más, si besar a Tanner o atizarle un puñetazo. Tanner es un chico guapísimo, de mirada soñolienta y cuerpazo de bombero, pero también un ligón de marca mayor. Cuando están juntos, no pueden pasar más de cinco minutos sin discutir. Hasta ahora. 

Tanner sabe que Andrea y él mantienen una tempestuosa relación de amor/odio desde el instante en que cruzaron las miradas, pero le gustaría dejar el odio a un lado para concentrarse en el amor. La desea. Hoy. Mañana. Pero cuanto más la conoce, más se da cuenta de que Andrea tiene un problema. La chica se tambalea al borde del abismo, y cada vez que intenta aferrarla ella resbala entre sus dedos. 

Andrea ha perdido el control de su vida, y Tanner no puede hacer nada por rescatarla. Cuando todo se desmorone y ella se precipite a un pozo sin fondo, solo ella podrá rescatarse a sí misma. 

A veces la vida te obliga a trabajar duro para que la historia tenga un final feliz… 

Hola amores!!! 

Sé que he tardado en volver, pero reincorporarte tras las vacaciones puede ser duro. Y en mi caso, ha sido caótico. Todavía sigo con mil eventos que atender, pero he querido empezar otra vez aquí porque tengo muchos libros sobre los que hablaros.

Empezaré subiendo una entrada semanal hasta que pille el ritmo de nuevo y pueda volver a dos semanales.

Pero bueno, empecemos, porque esta semana os traigo un libro que me encantó. Es de una de mis autoras favoritas, así que eso ya es un gran punto.

Tras haber leído Como el hielo sabía que esta segunda parte me iba a gustar igual o más que la primera. Y no iba del todo desencaminada. Lo único malo es que esta segunda entrega de la historia no es una continuación de la primera. Mismos personajes pero centrada en una historia distinta.

La historia nos presenta a Andrea y a Tanner, ambos amigos de nuestros queridos Sydney y Kyler. A pesar de la química más que evidente entre ellos, se encuentran en una vorágine de amor-odio de la que no son capaces de salir. Constantemente se lanzan pullas.

Pero cuando Sydney y Kyler organizan la casa en la montaña para pasar unos días los 4 juntos, ambos tendrán que aceptar, ya que no encuentran manera de esquivar ese viaje. 

Este viaje no solo unirá a Syd y Kyler, como ya vimos en el libro anterior, servirá para que tanto Andrea como Tanner vean la otra cara que ambos tienen, esa sin fachada, esa que siempre está escondida bajo varias murallas y la que no dejan que cualquiera vea. La química entre ambos cada vez es más evidente y llegará un momento en el que no podrán esquivarse y, si quieren que lo que sienten llegue a algo más, deberán luchar con uñas y dientes.

Nuestra protagonista, Andrea, es una alocada chica que, como todas las de su edad, está un poco perdida. Empezó estudiando medicina con Sydney, pero descubrió que lo que en realidad es ser profesora, así que se cambia de carrera. Poco a poco vamos viendo a lo largo del libro un personaje mucho más profundo de lo que parecía en un principio, una persona que se desvive por intentar ayudar al resto mientras ella intenta no hundirse aún más e intenta enfrentarse a sus problemas

Tanner, por otro lado, es el prototipo de hombre guapo y buenorro que en el fondo, si llegas a conocer, es un chico con un corazón de oro que lo da todo por quienes más le importan. Este bombero que aspira a ser algún día policía, dará un cambio muy grande cuando decida apostar por Andrea, algo para lo que ella no estará preparada. Un personaje alocado y divertido que dará mucho más de lo que podíamos esperar en un primer momento.

Como siempre, he disfrutado como una niña con esta historia de Jennifer L. Armentrout. Ha conseguido engancharme en cada página con un romance increíble, unos personajes muy bien detallados y una pluma que te vuelve adicta a la historia.

Sin duda 100% recomendado.

La esperanza que había chisporroteado en mi pecho mudó en un incendio, y yo lo alenté. Quería arder en su calor y en su fulgor, porque la esperanza… la esperanza no era el enemigo. Era una amiga, un sostén.

La esperanza es algo más que un nuevo comienzo.

Es el mañana, el símbolo de poder recuperarse, de que podía subsanar mis malas decisiones y de que nunca volverían a repetirse. La esperanza era algo más que la posibilidad de redención. Albergaba la promesa de que algún día encontraría la absolución de que me perdonaría a mí misma