Título: Ese no era el trato
Título original: -
Saga a la que pertenece: -
Autora: Ani M. Zay
Editorial: Besos de Papel
Nº de páginas: 338 págs.
ISBN: 9788494672934
Verónica Sex es una famosa sexóloga que irrumpe en la vida de
Susana proponiéndole un extraño fin de semana en compañía de un desconocido,
David. Ella acepta al sentirse enormemente frustrada en su trabajo. En ese fin
de semana, conecta a todos los niveles. Sin embargo, las cosas cambian al
regresar a su rutina y, lo que en un primer momento resultaba ser una nueva
oportunidad para encontrar el amor, se convierte en una pésima idea.
Ay por favor que bien me lo he pasado con este libro.
Descubrí este libro por casualidad y con la sinopsis me llamó mucho la
atención, así que le di una oportunidad. Y no me arrepiento de ello para nada.
La historia empieza con Susana, una joven abogada que, a
pesar de intentarlo, no consigue un puesto en el Departamento Legal de la
empresa en la que trabaja.
Pero por azar (o no tanto) Susana conoce a Verónica Sex, la
mejor y más prestigiosa sexóloga. Ésta, embauca a Susana en una aventura poco
habitual: un fin de semana con un desconocido. No tendrá que hacer con él nada
que no quiera, pero entre ellos surgirá una chispa que hará que sientan que se
conocen de toda la vida. Tras el fin de semana, el contrato de confidencialidad
que firman estipula que tras ese fin de semana, ninguno podrá establecer
contacto con el otro, por eso no tendrán nombres: ella será Rojo y él será
Azul.
Por otro lado, Susana no solo tiene que lidiar con un fin de
semana que pondrá a prueba todos sus límites, también debe empezar a aguantar a
su nuevo jefe, David León, hijo del dueño de la empresa y, desde su punto de
vista, un malcriado.
Tendrá que aprender a tratar con su jefe y a llevarse bien
para conseguir ascender y llegar a su puesto soñado.
Debo reconocer que aunque conociera más o menos como se iba a
desarrollar, el final de la historia me ha sorprendido, porque era el último
personaje que esperaba que la liara y eso me ha gustado, porque cualquier
novela puede sorprenderte al final, sea del género que sea.
Susana, la prota, es una mujer fuerte y decidida. Sabe lo que
quiere en su vida y es el reconocimiento como abogada por su trabajo. Para ello
trabajará con el jefecillo o con quien haga falta para llegar a donde quiere
estar. A pesar de su mala suerte en el trabajo, no renuncia a su optimismo y a
ponerle un toque de gracia a todas las situaciones, lo que le hace una mujer
muy muy especial
David, el jefecillo, por otro lado, es lo opuesto a ella. Es
reservado, tímido y, aunque se centra en su trabajo, su vida sentimental no es
la ideal. Siempre se ha dejado manipular por las mujeres y su actual novia,
Almudena, es una arpía que intentará acabar con él, anulándolo y llevándose
todo el nombre y el dinero de la familia León.
Hay algunos personajes secundarios que ayudan y apoyan mucho
a los dos protagonistas, pero hay que destacar a Valeria, la hermana de David.
Es la oveja negra de su familia, la rebelde sin causa. Su fuerza y su
explosividad dan un giro a la historia desde su llegada a la vida de Susana. Es
la diversión en persona y sabe cómo pasar una buena noche con amigas y chicos.
A pesar de tener casi 400 páginas es un libro que me he leído
en apenas dos días, me lo he bebido literalmente. La recomiendo totalmente para
pasar un muy buen rato y disfrutar de una lectura amena.
—Susana,
¿qué haces?
—Comerme
una ficha y contar veinte —rió por el símil que hizo con el juego del parchís.
Se acercó
a él y se quedó a escasos milímetros de su cara. Él tragó con fuerza y ella
sonrió al ver el recorrido de su nuez. Entonces, lo besó. Se estremeció y le
gustó, así que repitió el gesto una vez más. Sin poder evitarlo, volvió a estremecerse.
Susana le miró a los ojos sonriendo y él aprovechó para besarla con timidez.
—¿Y qué
hago?
—Cambiar
la cerradura, David. —Miró al techo y habló para sí misma—. Tan listo para unas
cosas y tan idiota para otras.
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