Reseña: Calendar Girl 2

FICHA TÉCNICA

Título: Calendar Girl. Abril, Mayo, Junio

Título original: Calendar Girl 2

Saga a la que pertenece: Calendar Girl 2

Autora: Audrey Carlan

Editorial: Planeta

Nº de páginas: 492 págs.

ISBN: 9788408157427





SINOPSIS
El viaje de Mia continúa… Segunda entrega de la serie que se ha convertido en un fenómeno mundial.
DOCE MESES. MUCHAS VIDAS. UN SOLO AMOR. Ya han pasado tres meses desde que Mia se embarcó en la aventura más increíble de su vida. Tres meses llenos de lujo, pasión y glamur... saltando de ciudad en ciudad. Tres meses desde que conoció a Wes. Boston, Hawaii y Washington DC son sus próximos destinos, en los que, junto con Mason, Tai y el senador Shipley, Mia se adentrará en el mundo de las wags, conocerá el valor de la amistad y vivirá unas experiencias sexuales que la llevarán hasta límites insospechados. Aunque Mia no puede olvidar a Wes, sabe que su viaje debe continuar. Pero algo le dice que sus caminos volverán a cruzarse...
«¡Audrey lo ha vuelto a hacer! Me ha hecho sonreír, reír y llorar con sus hermosas palabras. Estoy enamorada de estas novelas.» Hooks&Books Book  


RESEÑA
Después de lo que me enganché a  la primera parte, no he tardado mucho en hacerme con el segundo volumen y continuar la historia de Mía.
Esta segunda entrega nos muestra una Mía cada vez más a gusto con su nuevo trabajo, disfrutando cada vez más de la experiencia de ser escort. Pero también se lleva un duro palo de la realidad, que le muestra que no todo es bonito y perfecto y que no siempre le van a tratar tan bien como hasta ahora.
En este libro se centra en los meses de Abril, Mayo y Junio y ya no se centra solo en el sexo, sino que ya empieza a profundizar más en los personajes. Nos muestra a una Mía distinta de la que conocen sus clientes, una chica muy preocupada por su hermana, a la que no quiere que le pase nada malo. Con sus clientes empieza a tener una relación más profunda, les ayuda tanto a mejorar su imagen como a sacar la mejor versión que cada uno tiene.
En el mes de Abril se nos presenta a Mason Murphy, uno de los jugadores de beisbol profesional de Boston que pretende relanzar su carrera y alejarse de la mala imagen que lleva dando los últimos años de jugador fiestero, borracho y mujeriego. Para ello, contrata a Mía, que será su novia formal de cara a la prensa. A pesar de ser un hombre de infarto, es un capullo empedernido, al que la vida de mujeriego le ha pasado factura y Mía decide que no se va a acercar a él más que en lo estrictamente profesional. Es decir, ese mes se lo va a pasar a pan y agua.
Todo esto, lógicamente, no ha sido idea de Mace, que no pretende cambiar su vida, sino de Rachel, su relaciones públicas y representante. Este personaje creo que es, sin duda, uno de los que más evoluciona en tan poco tiempo: pasa de ser una chica tímida que casi no es capaz de mantener la mirada de su jefe a una mujer lanzada, segura de sí misma que empieza a conseguir lo que quiere.
Poco a poco también se ve un cambio en Mace que, cuando entiende que Mía no es una novia florero a la que va a poder manejar como quiera, sino que es una mujer de armas tomar, va a ir cambiando su actitud hasta ser un chico “normal”, dentro de lo que se puede denominar normal a un jugador famoso de beisbol.
Una vez acaba en Boston, se traslada a Hawaii durante el mes de Mayo. Allí conoce a su nuevo cliente, Angelo D’Amico, diseñador de ropa para mujeres con curvas y con tallas superiores a la 38 y hombres bien desarrollados. Tanto Angelo como su mujer consideran que Mía reúne las condiciones para esta nueva campaña.
Según llega el primer día, conoce al samoano repleto de tatuajes y con un cuerpo de escándalo que será su compañero. Desde el primer momento la tensión sexual entre ambos es increíble y eso les lleva a un mes lleno de sexo, pero también amistad, cultura samoana y una familia nueva.
Por primera vez, durante su trabajo, su hermana Maddy y su mejor amiga Gin, van a visitarla. La relación entre Gin y Mía me encanta, es súper natural, se dicen las cosas sin filtros y todas las locuras inimaginables, ellas ya las han llevado a cabo. También se vive en primer plano la relación entre Maddy y Mía, en la que vemos que ambas harían lo que fuera por la otra.
En junio nos presenta un tipo distinto de cliente: Warren Shipley, un hombre de más de 50 años que contrata a Mía para que actúe como mujer florero ante los hombres con los que quiere hacer negocios para llevar a cabo un proyecto humanitario. Aunque la idea le repugna, el señor Warren le explica que es algo que no le gusta pero que lo necesita para que el resto de hombres creyeran que era igual que ellos. En este mes, destacan dos personajes secundarios: por un lado Kathleen, ama de llaves y un miembro más de la familia, que ha criado a Aaron desde que su madre falleció. Por otro lado tenemos a Aaron Shipley, hijo del señor Warren y el senador de California, a la par que un ser mezquino y despreciable.
Sin duda me he enganchado igual que con la primera. Además mejora con respecto a la primera parte, ya que no se centra solo en las escenas de sexo, da prioridad a la relación entre la protagonista y los clientes. También nos demuestra que no todo es bonito en su trabajo.
A pesar de eso, Mía sigue disfrutando de su trabajo y todo lo que le ofrece. Desde el inicio del primer libro se ha visto una gran evolución del personaje, una madurez que le ha enseñado a amar a distintas personas y de distinta manera, pero siempre sin olvidar quien es.
Me encanta como escribe, de manera tan sencilla y directa, haciendo que la lectura sea entretenida y rápida. A pesar de ser una novela erótica nos muestra mucho más y es lo que más me gusta de este libro. Este libro es capaz de mantenerte enganchada a cada página. Esa faceta de Mía en la que se nos muestra cómo es de verdad y con ello veo una evolución en la manera de dirigir la historia, lo cual me ha dejado con muchas ganas de leer la siguiente parte.

FRASES FAVORITAS
¿Sería posible cortarle la polla a alguien a cinco mil kilómetros de distancia? Con toda probabilidad, aunque tendría que contratar a otro que hiciera el trabajo sucio.
Bueno, tenía un poco de dinero extra en el banco, para emergencias. Se me escapó una risilla al pensar que podía hacer que le cortaran la polla con el dinero que había ganado por follármelo. Qué irónico.

Había tres cosas que no podía quitarme de la cabeza.
La primera era que Wes era mi jodida kriptonita. Debía ir con mucho cuidado con él si quería sobrevivir medio año más en esas circunstancias.
La segunda era que nunca había que juzgar un libro por la cubierta, ni siquiera cuando esa cubierta era un traje a medida muy sexi, una carrera política impecable y riqueza ilimitada.
Y la tercera, que los amigos son la familia que uno elige, y que tenía la mejor familia del mundo.


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